Desde pequeño siempre me extrañó
ver carteles de candidatos donde no se podía ver el logo de su partido o
simplemente su no participación partidaria, era imposible (para un niño de
menos de 14 años incluso) comprender como alguien podría votar por él, sí en
estricto rigor no sabe cuál es su pensamiento, ni las causas que defiende.
Hoy, observando el actual
escenario político, donde existe un descontento generalizado hacia los partidos
políticos y quienes los componen, problema que se acentúa y evidencia en las
campañas. La gran mayoría de las candidaturas se presentan sin su color
político para dar una cierta “apariencia de independiente”, de una persona
alejada de la “vieja política”. Esta situación se ve con mayor fuerza en las
Elecciones Municipales; debido a que en las de CORE, parlamentarias y
presidenciales, algunos (no todos) sustituyen el logo del partido por la o el
candidato presidencial de la coalición, aprovechando que todas aquellas
elecciones son en simultaneo.
Entonces me pregunto ¿Acaso no
tiene importancia las ideas fuerza que tenga un candidato a concejal o a
alcalde?, ¿Acaso solo importa su apariencia física o el apellido que tiene?, y
finalmente ¿Acaso es tan mal vista la administración comunal? Algunos
responderían a lo segundo que sí, debido a reconocidos casos de “personajes de
la farándula” que se insertan en la política a través de las elecciones
municipales, pero su aporte real y tangible es muy por debajo de lo que
ameritan ser concejal o alcalde. A su vez, cabe considerar que este año, en
comunas donde son electos 10 concejales, las cedulas de votación serán largas nóminas
de candidatos, lo que se reflejará también en muros, postes y plazas llenas de
carteles de caras y nombres conocidos y por conocer.
Por lo anterior, se hace imperioso
que la ciudadanía sepa cuál es el partido y/o las causas que defienda como
persona, como candidato. El desafío de la juventud es, justamente, ideologizar
nuevamente a la población, llenarla de ideas y sueños, para cambiar Chile
debemos avanzar hacia un país tolerante, integrador y respetuoso, discutir de
izquierdas, centros y derechas, de modelos económicos, de Estado. No podemos
seguir indiferentes ante la política y separarla de aquellos que la han ocupado
para beneficio personal, nos enfrentaremos en unos meses a elecciones
municipales, donde los partidos no han tratado de hacer ningún esfuerzo para
incluir nuevos rostros, los esfuerzos los han hecho la militancia joven, paso a
paso hemos posicionado nuestro discurso en la asamblea comunal, en los regionales,
a nivel nacional y en la calle, pero lejos del dogma de “juventud = bueno”,
aquí no exigimos nada por la edad, somos trabajadores, estudiantes,
profesionales, técnicos, sindicalistas con las manos limpias, con trabajo
honesto y abnegado en las bases.
Somos la generación que ha visto
la peor cara de los políticos que se decían demócratas y se golpeaban el pecho
con la vuelta a la democracia, esos mismos que le han fallado una y otra vez a
nuestro pueblo, somos la generación que realizará los cambios en Chile, hijos
de obreros, trabajadores y profesores; somos jóvenes que saben perfectamente
que falla en la calle, en el barrio, en nuestra comuna. Por ejemplo, somos los
que volvemos todos los días a nuestros hogares en transporte público, desde o
hacia la periferia Santiaguina, o entre Concepción y Coronel – Lota, o desde
Chillán hacia las comunas rurales donde la última locomoción sale a las 6 de la
tarde; somos los que vivimos en carne propia las falencias de un sistema
educacional que discrimina por situación económica; somos los que hemos luchado
el triple por ganarnos un espacio, frente a quienes hoy ostentan esos cargos o
quienes eligen los caminos fáciles, corrompiéndose para llegar allí.
Porque no somos un grupo
iluminado que da soluciones desde su escritorio en una gran empresa o en su
“casita del barrio alto”, esa es la diferencia de nuestra generación con la
ellos, eso es lo que nos separa de los vicios de la política “en la medida de
lo posible”, hemos crecido viendo un país desigual e injusto. Por esto podemos
hacer campaña mirando a los ojos, abrazando y compartiendo con el vecino que
hemos visto toda nuestra vida, porque no llegamos de aparecidos a la población.
Somos los jóvenes que de la nada y con muy poco, hemos comenzado a construir desde
nuestros hogares hacia nuestros barrios y comunas, un mejor Chile. Y
“comenzando” porque esto no termina acá, porque lograremos un Chile de Todos,
más justo y solidario, aún con la adversidad imperante; porque no nos mueve el
poder o el dinero, nos mueven nuestros sueños y los sueños de aquellos que
confían en nosotros. ¡Y lo lograremos!.
Felipe Alvear. Candidato a
Concejal de la Juventud Radical por La Cisterna.
Ricardo Trostel. Candidato a
Concejal de la Juventud Radical por Concepción.
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